domingo, 26 de febrero de 2012

Seguiriya del grillo


Seguiriyas de los Grillos


Con duquesitas grandes yo llamaba
Llamaba yo a mi mare.
Por aquella ventanita que al campo salia
Voces le daba a la chamorrita de mi mare
Y no me respondia.

Reniego de mi sino
Reniego de ti.

Llamadme a un medico,
Llamadme a un doctor,
Que me aliviara estas duquesitas
Que yo tengo dentro mi corazon.

La seguiriya gitana o seguiriya del sentimiento es, además de uno de los cantes más antiguos de que se tiene noticia, la quinta esencia de la jondura, con la característica de que tiene muy poca letra y mucho quejío. El cante melismático de la seguiriya le infunde carácter y de esa estética musical, se influencian también muchos estilos, como las malagueñas o los cantes a palo seco, sin guitarra, que hoy conocemos. El término aparece recogido en infinidad de piezas de nuestra literatura y la música de algunas tonadillas viene rotulada como seguidilla gitana, aunque ésta no coincide en absoluto con la flamenca. El origen de este cante, con su característica aliteración de ayes, ha traído de cabeza a los musicólogos que han intentado su notación musical.

Las seguiriyas, al igual que la soleá, se crean principalmente entre las provincias de Cádiz y Sevilla, con Jerez y el barrio de Triana como veneros fundamentales. En discos y libros podemos leer referencias al estilo como sigueriya, siguiriya, o seguirilla. Todas son válidas, ya que el término seguidilla se agitana o andaluza derivando en otras grafías que cada cual escribe a su modo. Del complejo genérico de las seguiriyas forman parte también las serranas y las livianas, ya que ambos estilos se rigen por el compás propio de la seguiriya. Otra de las variantes seguiriyeras son las cabales, seguiriyas en tono mayor.




Estrofa

El cante por seguiriyas se realiza sobre una estrofa muy particular y poco afín a las clásicas de cuatro o cinco versos de arte menor que el flamenco viene utilizando. La estrofa no es otra que la de la seguidilla castellana (sin estribillo): cuatro versos de 7, 5, 7 y 5 sílabas respectivamente, con rima en los pares. Aunque en la flamenca tiene un notable cambio, pues al tercero de los versos se le añade una muletilla que lo convierte en un verso de 11 sílabas.

Claves

La mejor pauta que nos va sugerir que estamos ante un cante por seguiriyas es la melodía melismática apoyada en una extensa gama de quejíos. También conviene repasa la estructura formal de una seguiriya, que también ofrece claves de su particular carácter: 
 Rasgueo inicial de la guitarra rasguea hasta rematar con ataques cortos y contundentes que definen el compás y dan la entrada al cantaor.
2° Tras la salida, el cantaor interpreta un cante corto, sin alardes melódicos aunque de gran intensidad emocional.

3° Remata el guitarrista el cante con los habituales rasgueados y realiza una variación según el modelo de la seguiriya. El cantaor realiza un cante valiente, muy melismático.

 Tras el remate de la guitarra, ésta puede modular al mayor para dar paso a Ias cabales.



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